El mar me habló de su grandeza, de su fuerza y de su inmensidad...Yo le hablé de Honduras, de su Pueblo y de sus Instituciones y se sintió pequeño...

(Parafraso del Poema de Jorge Sarabia)


sábado, 1 de marzo de 2008

El Duende

No sé si esto sea cierto, pero la persona que me lo contó (una persona en la que confío y le guardo mucho respeto), lo hizo con mucha seriedad y con plena seguridad de que es verdadera.

En la selva peruana (un país latinoamericano) hay muchos mitos y leyendas que se creen son ciertos, aunque mucha gente los da por simples cuentos de viejas.

La historia comienza realmente aqui, cuando un amigo (al que llamaré Juan) viaja junto a su esposa, su hijo pequeño y un amigo (al que llamaré Marcos) a la selva para asistir al matrimonio de un pariente de Juan y amigo de Marcos.

Ya que ese pariente conocía las leyendas de la amazonia, les advirtió a la pareja que ya que su hijo no estaba bautizado, lo cuidaran bien en la noche porque los duendes se lo llevarían.

El matrimonio no hizo caso alguno de esto ya que no creían en duendes y esas "tonterías", pero a Juan lo dejó un poco pensativo.

Dos días antes de la boda, en la noche, dejaron el bebé en el cuarto donde dormiría. El niño, que no tendría más de 1 año, estaba en su cuna cuando sus padres lo dejaron. A eso de las 12 de la noche, escucharon al bebé llorando y fueron a verlo, pero no estaba en su cuna, al contrario, se encontraba al borde de las escaleras a punto de caerse. La madre lo tomó y lo acunó. Al día siguiente no ocurrió nada y nadie habló del tema.

Esa noche, un episodio parecido volvió a repetirse, con la diferencia de que esta vez el niño apareció al pie de la escalera y ya no lloraba. Al volver a ocurrir esto, Juan se preocupó y dijo que dormiría con el niño pero Marcos se opuso y como él dormía solo, aceptaron que fuera él el que durmiera con el niño hasta que lo bautizaran el día de la boda.

Juan se despertó esa tercera noche al oír el sonido de las escaleras. Despertó a su esposa y a todos mientras corría hacia el cuarto del niño. No estaba Marcos ni el bebé, ni en el cuarto ni en las escaleras, pero lograron ver una figura muy pequeña corriendo por el patio hacia los arboles que habían ahí cerca.

El pariente que se iba a casar, Juan, su esposa y los que se habían despertado con el alboroto cogieron unas armas que habían en la cocina y salieron en búsqueda del hombrecillo (por no llamarlo duende, pues eso parecía)

Corrieron a través del bosque, cuando estuvieron cerca le vieron unas orejitas en punta y un cuerpecito chiquitito y regordete. El duendecito se trepó a un árbol y volteó la cabeza para ver donde estaban sus perseguidores. Los perseguidores se quedaron atónitos con lo que vieron; el duende tenía el rostro de Marcos y una sonrisa burlona en la cara. Luego saltó del árbol y cayó en un riachuelo, en el cual se sumergió (o se hundió) y no lo vieron salir.

Cuando el grupo se acercó al riachuelo se dieron cuenta de que el agua no les llegaba ni a las rodillas, ¿Cómo pudo haberse sumergido, aun con su tamaño? ¿Qué le pasó a Marcos esa noche, ya que nadie lo volvió a ver? ¿Y si Marcos fuera el duende, qué fue lo que realmente pasó con él y con el niño?

Gabriela.

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