El mar me habló de su grandeza, de su fuerza y de su inmensidad...Yo le hablé de Honduras, de su Pueblo y de sus Instituciones y se sintió pequeño...

(Parafraso del Poema de Jorge Sarabia)


jueves, 2 de enero de 2014

Una noche en el bosque

Por Mario Vallejo

Las decisiones de la vida son difíciles, me atrevo a decir que imposibles, de comprender. De la peor manera me di cuenta de lo complicado que es este asunto y lo fácil que puede irse de nuestras manos y cambiar para siempre toda nuestra existencia.

Me encontraba fuera de mi casa, pensaba mientras miraba la neblina disiparse con el frió y seco viento, el sol parecía temeroso de mostrarse, la oscuridad invadía el ambiente y desencadenaba maravillosas y lúgubres aventuras en la imaginación, un escalofrió recorrió mi espalda, no preste atención, simplemente el viento y la imaginación me habían hecho una mala jugada.

La niebla jugaba con el viento, los arboles el inclemente clima se quejaban, al menos eso parecía, había muchos sonidos y muchas formas que se formaban con esa enorme masa nubosa que cubría todo el lugar, no había un solo rincón descubierto, de pronto mi inspiración fue cortada cuando recordé una película estúpida que habla sobre la niebla, sonreí y entre en mi casa, el momento se había perdido, ya no había nada que imaginar afuera.

Me acosté en mi pequeña cama, vi por la extrañamente grande ventana del cuarto, mientras pensaba en porque era tan grande vi lo que parecía ser una persona caminando afuera, no quería recibir visitas, maldije y espere que tocaran a la puerta, pero nunca tocaron, me sorprendí y me puse algo nervioso, pero tal vez las traviesas formas de la niebla estaban haciendo de las suyas de  nuevo, cerré mis ojos...grave error.

Estaba en ese punto entre dormido y despierto, donde cualquier sueño se ve muy real pero que cualquier distracción te rescatara de esa fantasía, sentí el viento en mi cara, no reaccione en que debía levantarme a cerrar la ventana y me dormí.

Al abrir los ojos me di cuenta que el viento que soplaba no entraba por la ventana, entre en pánico cuando vi que estaba afuera, rodeado por arboles y nubes, no encontraba mi casa ni algún rastro conocido que me dijera donde estaba, el viento resoplo de una manera extraña, no se si por el momento de miedo o si de verdad sucedió pero parecía reírse de mi, estaba muy asustado, no escuchaba nada mas que los arboles crujir y el viento soplar.

Comencé a caminar, no me gusta el sol, a decir verdad lo detesto peor como deseaba ver sus rayos ese dia, estaba totalmente perdido, seguí caminando y encontré un arroyo, se me escapo una lagrima porque el mas cercano a mi casa esta a 55 kilómetros, no había forma de recorrerlos antes de que cayera la noche y no tenia como protegerme de la intemperie...me desmaye.

Desperté, me arrepentí de hacerlo, no se que hora era en ese momento, no lograba ver ni siluetas, ni siquiera mis manos, estaba muy oscuro, escuchaba a los animales nocturnos desesperados por alimento, el viento y las hojas de los arboles, estaba vulnerable y lo sabia, cerré mis ojos mientras agarraba mis tobillos para retener el calor, fue la noche mas larga de mi vida, sin embargo cuando muy a lo lejos se comenzaron a ver siluetas logre dormir un poco.

Desperté, de nuevo, todo era claro pero no estaba en el mismo lugar, estaba desconcertado, logre tranquilizarme y me di cuenta de que estaba afuera de mi casa, en el mismo lugar donde la tarde anterior estuve jugando con mi imaginación, de repente vi la silueta que vi cuando estaba en mi cama, me paralice, cuando sentí que alguien estaba detras de mi y me susurro al oído "no solo tu puedes jugar con tu imaginación, también ella puede jugar contigo", desperté en mi cama muy alterado, me tranquilice y llore de alegría al saber que todo fue un sueño pero quede petrificado cuando vi que en el roció fuera de mi ventana estaba escrito "¿quieres jugar de nuevo?".

Mi vida nunca volvió a ser igual, no volví a tener una experiencia ni siquiera remotamente similar a esta, sin embargo cada vez que mi imaginación comienza a volar vuelvo a escuchar la risa en el viento y vuelvo a pensar en la película ridícula que de no ser por ella quien sabe que limite hubiera encontrado mi imaginación y si después hubiese terminado, o no, esa extraña, macabra y tétrica noche en el bosque de mis pensamientos.