Pasos gigantes en la ciencia, y sobre todo en la ciencia española, ya que un equipo de científicos españoles investigan cierto prototipo que ayudará a realizar una teletransportación cuántica.
Investigadores de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV), de la Universidad Politécnica de Cataluña y de la Universidad Complutense de Madrid, trabajan en un proyecto de la Agencia Espacial Europea con el objetivo de crear un manual de instrucciones para reconstruir objetos idénticos en lugares lejanos.El prototipo es un transceptor que estará listo en junio de 2010 y se instalaría en el módulo Columbus de la Estación Internacional. Su cometido será el de enviar fotones entrelazados a dos estaciones terrestres en Tenerife y Calar Alto (Almería), separadas por 1.400 kilómetros de distancia.
Hasta el momento este grupo de investigadores españoles se centran en el diseño y desarrollo del primero de una serie de experimentos que pretenden investigar el comportamiento de los fenómenos cuánticos en el espacio.
Participan en el proyecto tres grupos de investigación del Instituto de Ciencias Fotónicas (ICFO), centro de investigación vinculado a la Universidad Politécnica de Cataluña; un grupo de investigación del Instituto de Telecomunicación y Aplicaciones Multimedia de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV), y otro de la Universidad Complutense de Madrid.
El doctor José Capmany afirma que “uno de los fenómenos más fascinantes que se estudiarán en el ámbito de este proyecto (llamado Space-Quest: Quantum Entanglement in Space Experiments) es la teleportación”.
Respecto a las posibilidades de este proyecto Capmay destaca que “Desplazar individuos de un planeta a otro en un instante sigue siendo ciencia-ficción, sin embargo los científicos ven factible transmitir el estado cuántico de partículas microscópicas de un punto del espacio a otro alejado del primero”.
No se trata de transportar materia, sino enviar el manual de instrucciones que permita reproducir fielmente el estado de una partícula en otra partícula alejada de la primera. “De hecho, éste resultado ya se ha logrado en laboratorios terrestres. Sin embargo -ha indicado- conseguir el mismo efecto en el espacio tendría unas implicaciones cruciales para el desarrollo de aplicaciones tecnológicas” matizó.
Otrasfronteras.com
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