Los padres de este bebé de 9 meses aseguran que sobre la tersa piel de su bebé afloran máximas del Corán perfectamente caligrafiadas. "Yo soy testigo: no hay más Dios que Alá", "Sé agradecido con Alá" o "Alá es creador de todo lo existente", son algunas de las frases que se destacan en grandes caracteres rosáceos en la piel del niño.
Son notas al pie (y al muslo) que ya han movilizado a miles de creyentes, que llegan cargados de regalos al poblado dagestaní de Kizlyar, en el Cáucaso ruso, pesebre del bebé, convencidos de que los textos son rotulados de su puño y letra por Alá. El maná de regalos también ha salpicado a los progenitores: el jefe de la región ha obsequiado al padre con un Lada Priora. Según la madre, las marcas aparecen sólo los lunes y los viernes y permanecen legibles durante tres días. Luego desaparecen como tinta invisible. Los padres no eran religiosos, pero reconocen que se convirtieron al Islam de la noche a la mañana cuando constataron que su hijo lleva la fe coránica a flor de piel.
Excluidos los arañazos de gato, que dejan sobre la piel trazos más cercanos al chino mandarín que al árabe clásico, algunos escépticos descartan que la mano ejecutora sea de naturaleza divina, piden hacer la prueba del algodón y recuerdan que existe un tipo de urticaria llamada 'dermografismo' o 'escritura en la piel' que padece el 5% de la población y que consiste en la inflamación aguda de la epidermis con tan sólo frotarla o pasar un objeto sobre ella. Hay quien sugiere que los mismos padres podrían escribir los textos con ayuda de aceites u óleos etéricos.
Dejando a un lado las aplicaciones prácticas que fenómenos como este podrían tener en la vida futura del niño (como la improvisación de chuletas en clases de religión por inspiración divina), los periodistas estamos en la obligación de preguntarnos si estamos ante un nuevo 'gol' de la mano de Dios. Tras los recientes montajes del globo con supuesto niño a bordo y del falso cráter de Letonia (excavado por una compañía de telefonía móvil), nos llega ahora esta otra noticia como caída del cielo de la que cabe dudar.
Algunos lugareños piensan que el milagro es bendecido desde las altas esferas del gobierno local para fomentar la unión vía religiosa de esta república étnicamente heterogénea presa del azote de la violencia islamista.
La madre del crío tuvo una visión y asegura que cuando a su hijo le salga el tercer diente desaparecerán las inscripciones. Los peregrinos (cuyo fetichismo les lleva a llevarse botones y prendas del niño) están pendientes de la boca de Alí y esperan ansiosos a que afloren sus primeras palabras. Se va liar gorda como se arranque con un 'Alá' (aunque un 'Hala Madrid' tampoco le vendría mal a un equipo necesitado de milagros tras la debacle de Alcorcón).
La ministra letona de interior pidió esta semana un castigo ejemplar para los autores de la broma del meteorito. Aunque al final la cosa se quedará en una multa, la admonición sonaba severa, como si deseara enterrar a los autores del montaje en su falso cráter con la cabeza por fuera, tortura a la soviética que creo recordar Alexander Solzhenistin consigna en su 'Archipiélago GULAG dentro del misal de suplicios de la Cheka. ¿Y si se demuestra que hay tongo en el tatuaje del bebé-Corán? Muchos exigirán justicia salomónica, aunque otros con la Ley del Talión en la mano se conformaran con que tatúen al culpable por todo el cuerpo los discursos completos de Brezhnev.
Elmundo.es
No hay comentarios:
Publicar un comentario