La semana pasada todo era normal en Toluca, sin embargo en un día inusual un hallazgo rompió la rutina: tres mujeres fueron asesinadas dentro de su casa.
Se comenzó a especular sobre el numero de victimas y el hermetismo de las autoridades ayudaba a dar forma al personaje al que se bautizó como El Monstruo de Toluca.
Los vecinos rápidamente supieron la identidad del asesino, su sorpresa fue mayúscula al darse cuenta de que las victimas literalmente vivían con el monstruo pero nunca lo creyeron capaz de llegar a cometer las atrocidades que se le atribuye, así comenzó la búsqueda de un estudiante de 28 años de edad, 1.80 m de altura. Este hombre vivió durante al menos dos días con los cadaveres de sus victimas.
Su nombre es Óscar García Guzman, fue rápidamente identificado y relacionado con las victimas a través de sus redes sociales, en las mismas se pudo conocer que posee estudios militares en Krav Maga, una disciplina de combate cuerpo a cuerpo el cual según el era lo mejor "si quieres aprender a matar".
Óscar confesó haber comenzado a asesinar hace aproximadamente 10 años, su primera victima fue su propio padre, aseguró que en esta década ha asesinado al menos a seis personas, dos hombres y cuatro mujeres. Durante su interrogatorio dijo que para sus crímenes utilizó sus conocimientos de Krav Maga.
Cuenta que el lunes 10 de septiembre de 2012 salió a buscar a Monica, una chica que conoció en la preparatoria de Otzolotepec. Al llegar a la casa de la joven la amenazó con un cuchillo pero ella logró escapar. Esa misma noche regresó para finalizar lo que había comenzado y se encontró con Tomás, el padre de Monica, lo atacó con el cuchillo y terminó quitándole la vida con un hacha.
Por la mañana se preparó desayuno y comió sin problemas en compañía del cadaver.
A la joven la logró asesinar dos días antes de su cumpleaños, metió su cuerpo en una caja para dejarla en una calle, se jactó de que siempre se supuso que todos los casos eran aislados y que no sabían que el era el responsable de todos.
El único lado humano de Óscar era con sus mascotas, mismas que ayudaron a identificarlo al pasearlos todos los días en el lugar donde se dieron los últimos asesinatos. Luego de pedir que cuidaran y alimentaran a sus perros dijo que los cadaveres que faltaban estaban enterrados debajo de las casas de los perros.
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