El psicólogo asesino

Era el mes de febrero de 1986. Perú estaba en shock por el hallazgo de 20 cadáveres desmembrados escondidos en bolsas de basura y tenían un sospechoso. Ángel Díaz Balbín, un hombre con macabros antecedentes, se encontraba bajo custodia policía. A este personaje la prensa y la historia se encargaron de llamarle El Descuartizador de Lima.

Ángel Díaz y Mario Poggi durante una sesión en la cárcel

Mario Augusto Poggi Estremadoyro nació el 3 de marzo de 1943 en Lima, Perú. Se sabe muy poco de su infancia y adolescencia. Su llega cuando es elegido para realizar el interrogatorio a El Descuartizador de Lima. Era el año de 1986 y la Policía buscada dar una base mas científica a su proceso, y dada la delicadeza del caso, y la aun inexistente confesión contrataron al profesional.

Poggi puso manos a la obra y comenzó con el interrogatorio, el cual rápidamente demostró métodos poco convencionales y algunos incluso consideraron como tortura la forma en la que buscaba una reacción de su paciente. Cuando Díaz se disponía a comer el doctor de quitaba la comida y lo forzaba a ver durante largos periodos de tiempo fotos de mutilaciones para encontrar, o algunos aseguran forzar, una reacción y confesión.

El 7 de febrero de 1986, Poggi, fue a las oficinas de la revista Caretas para hablar con Jorge Salazar, coordinador de publicación quien dijo en una entrevista que "era coordinador de la revista Caretas y tenía que ver a mucha gente que quería hablar con Enrique Zileri (el director): previamente tenían que hablar conmigo. En esas estaba cuando suena mi teléfono y la secretaria me dice: "Salazar, afuera hay un loco que dice que tiene información sobre el descuartizador Díaz Balbín. Me ha dado miedo, pero nadie le ha hecho caso y se ha ido". Ese era el caso de moda. Le pregunté cómo era y tuve una corazonada. Así que bajé corriendo a buscarlo y lo encontré. Me dijo que tenía un negocio. Efectivamente, era el psicólogo de la policía, y se había robado todas las investigaciones e interrogatorios de la policía".

El periodista y un fotógrafo visitaron la cárcel y vieron como Mario Poggi acosaba a Ángel Díaz en una supuesta sesión de hipnotismo, en la que muy bruscamente le gritaba que el era el asesino y que debía confesar.

Entre otras cosas, Poggi, entregó a la revista las grabaciones de las sesiones, fotos de los crímenes e imágenes de Díaz realizando artesanías como parte de la terapia de la prisión, sin embargo no obtenía la valiosa confesión.

Muerte del Descuartizador de Lima

Portadas de dos diarios tras la muerte de Ángel Díaz Balbín

Perú seguía tratando de procesar los asesinatos del Descuartizador cuando llegó la noticia. El 9 de febrero de 1986 fue asesinado en la cárcel, el asesino era Mario Augusto Poggi.

"¡Salvé a la humanidad, acabé con el monstruo!", dijo excitado Poggi en un canal de televisión.

Según la versión oficial Poggi pidió que llevaran al paciente con las manos esposadas en la espalda y que los dejaran solos. Una vez ahí se desnudo e intentó provocar a Díaz, quien al igual que durante los otros días se mantuvo sin reacción alguna. Posteriormente lo acostó boca abajo y utilizó su faja para ahorcarlo hasta la muerte.

El doctor aseguró que merecía morir y que obtuvo su confesión, sin embargo oficialmente esta no existió y hubo mas descuartizamientos después de esto.

Por el asesinato de Ángel Díaz Balbín el psicólogo fue condenado a 12 años de prisión, sin embargo solo cumplió cuatro años y nueve meses de la condena y disfrutaba cada segundo de la atención que recibía.

Liberación

En 1991 sale libre y comienza a realizar apariciones en cualquier programa de TV en el que sea invitado, sin importar que sea para realizar una presentación bizarra, simplemente quería seguir obteniendo la atención que tuvo en 1986 cuando asesinó a su paciente durante el interrogatorio.

También escribió un libro titulado Yo solo se que soy un imbécil, un material mediocre escrito con letra verde, ideas inconclusas, dibujos mal realizados y errores ortográficos que mas parecían el delirio de la locura, y en efecto, Poggi se pintó el pelo de verde y comenzó a pedir que lo llamaran loco.

En 2001 participa en el cortometraje de Leonidas Zegarra titulado "Mi crimen al desnudo". En el filme de mala calidad se refleja el asesinato de Ángel Díaz a manos de Mario Poggi, siendo el mismo quien realizaba el papel del psicólogo.

En 2006 buscó la presidencia de Perú.

Eventualmente la gente se olvidó de el y terminó vendiendo sus libros en la calle y cantando por dinero en el parque Kennedy de Lima.

El 25 de febrero de 2016 fue internado en el Hospital Casimiro Ulloa tras sufrir un parco cardiaco, el 26 sufre el segundo y fallece.

Mario Poggi pasó de ser el  psicólogo estudiando la conducta de un asesino a ser el asesino y caso de estudio, el delirio del psicólogo que quiso hacer justicia con su propia mano sigue hoy en día llamando la atención, a pesar del olvido en el que murió este singular personaje.